lunes, 15 de enero de 2007

La esperanza

La esperanza es lo último que se pierde dice el refrán y efectivamente la mayor parte de personas así lo creemos. Mantener la esperanza en que las cosas saldrán bien o que superaremos las dificultades es la mejor manera de enfrentarse a la vida. Y es que la esperanza se sustenta en confiar no en nosotros mismos o en un azar caprichoso si no en la confianza segura de que existe un Dios que se preocupa de nosotros. Aún así para quien no cree en nada o simplemente no sabe si creer la esperanza también es necesaria porque le permite el mantenerse ocupado, trabajando, en lo que realmente merece la pena en su vida a la espera de recoger aquello que sembró.


De todas formas a veces la esperanza se mantiene casi apagada, inerte, emitiendo una gran luz pero siendo soportada por un suspiro de cera y el corazón se encoje pensando que pasará cuando la vela se acabe. Pese a ello en el último momento siempre está a punto El que ha de encender la próxima vela para no quedarse a oscuras. Es cuestión de esperar, y tener paciencia, que no es poco.

5 comentarios:

angel dijo...

The waiting will be hard, but never hard enough to give up

Saludos

Anónimo dijo...

El Congreso por el cual se decidía el porvenir de la guerra tuvo lugar durante una batalla. Entre el caos y el desconcierto, la falta de liderazgo. De una manera insultante hasta para el enemigo, uno de mis generales se impuso al resto. “Habló el orgullo y se enjugó el llanto; y la frase en mis labios expiró”, decía Bécquer. Volviendo a la guerra que nos incumbe, mis soldados corren despavoridos y creo que ya están por Alaska.

Sergio Moliner Clemente dijo...

Informe recibido. Lamentamos el desconcierto general de las tropas. Nosotros hoy hemos tenido batalla y el resultado ha sido penoso. Todos mis generales muertos, mis soldados heridos y mutilados y el Rey humillado. Y para acabarlo de arreglar cuando estaban a punto de ejecutar a lo que quedaba de ejército y a mi patético Rey llegó el indulto que más que dulce supo amargo como la hiel. Ahora el Rey es su propio bufón.

Esperamos al General amarillo con impaciencia para que la Junta de Estado mayor se reuna para decretar tres días de luto oficial.

Sergio Moliner Clemente dijo...

Gracias Yo Soy no se que haríamos sin sus pequeñas alegrías cotidianas.

Saludos.

Anónimo dijo...

El patético General Amarillo ya está de luto y con el móvil apagado. "Oh, libertad, cuántos crímenes se han cometido en tu nombre!".
Siento el desprestigio de vuestros oficiales.