sábado, 13 de enero de 2007

El camino de la vida

Vuelvo caminando por la misma calle de siempre hasta el tren que me lleva a casa tras un día duro de trabajo. Mientras reflexiono sobre lo despiadada que es la humanidad recuerdo como trataron injustamente a un amigo. Con pesar veo como los esfuerzos de la gente por encontrar la felicidad se ven truncados por la dureza y el maltrato que reciben de otras personas. Con la misma facilidad con la que sonreímos y alegramos la vida a nuestros semejantes destruimos y calumniamos. Como dice Santiago la lengua es una fuente por la cual brota agua dulce y amarga a la vez.



Y es que puede que la vida no consista en alcanzar la felicidad si no en acabarla con la menor infelicidad posible.

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