Desde los tiempos que el Señor libertó a los Israelitas del yugo de Egipto, y por orden del propio Dios (Éxodo capítulo 12 y 13), se celebra año tras año la Pascua (conocida como Pesaj). Esta festividad, que empieza este mismo martes, intenta transmitirnos la idea de que el ser humano vive como esclavo (de sus imperfecciones, defectos, faltas, etc, etc) y que es necesario para alcanzar una humanidad completa y libre escapar de esta situación de esclavitud. Evidentemente por nuestros propios esfuerzos esta libertad, este lograr ser un ser humano pleno, es inalcanzable porque tarde o temprano nuestros defectos y faltas acaban dominándonos. Como en los tiempos de Moshe Rabenu es necesario que sea el propio Dios quien nos saque de esa esclavitud de la imperfección y el mal y nos haga ser libres bajo una ley, unas normas, de libertad y santidad. Éste es el significado de la Pascua y este también es la idea que Dios quiso transmitirnos para prepararnos para un hecho muy importante: La consumación de la Pascua perfecta que realizó Jesús el Mesías. Pero de esto hablaremos en el próximo artículo.
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