Tiempo después este hombre se sentó con un viejo amigo bajo el mismo árbol y hablaron sobre diversas cosas de la vida. El amigo le preguntó si había logrado alcanzar sus sueños y el hombre sólo pudo decir que no pero; añadió que lo había intentado. El viejo y sabio amigo le dijo que era afortunado. Nuestro hombre no entendió el porqué y está fue la respuesta del amigo: "Habiendo intentado conseguirlo nunca podrás sentir que no intentaste lograrlo. Así que tu alma no se turbe, duerme tranquilo, tu conciencia se levante puesto que todo lo que en tus manos estuvo hiciste y nada malo cometiste puesto que sólo hacer lo que creíste el bien perseguiste". A esto añadió nuestro hombre: "en todo tiempo busqué lo que creí justo y lo que no obtuve lamento pero mi conciencia está tranquila por cuanto en mi no se halló mentira".
Y bajo las ramas de aquel gran árbol la vida continuó para nuestros dos personajes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario