lunes, 19 de febrero de 2007
Somos lo que soñamos
Un pequeño haz de luz apuntaba sobre su ojo cerrado colándose entre la celosía de la ventana. Cuando sintió esa luz rojiza, que se entrevé cuando tenemos los párpados cerrados, pensó que estaba soñando, pero poco a poco se desperezó y se sentó en el borde de la cama; era un nuevo día y no sintió miedo por ello. Poco tiempo después recordó porque.
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2 comentarios:
A veces me pregunto porqué todos los pensamientos se agolparon en mi cabeza aquella mañana.
A continuación me pregunto porqué era incapaz de responder a cualquier pregunta que me planteaba.
Tenía muchas respuestas pero era incapaz de formular ninguna pregunta. Sabía los porqués pero me vi incapaz de arrancarlos de allí donde estaban y, como la luz del sol que se filtra y se pierde por las celosías, mi mente se perdió en los descansos de las palabras.
De esa forma mis pensamientos se vieron obligados a disiparse, como las nubes cuando el sol calentó el aire fresco de la mañana.
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