jueves, 8 de febrero de 2007
La senda
Me senté sobre una pequeña roca cerca del camino, y cuando vi con tranquilidad que hermosa visión se vislumbraba en el horizonte, descubrí que quizás aquella senda que había comenzado a transitar hacía tanto tiempo no era tan penosa como creía. De todas formas decidí no fiarme de mis ojos así que con escepticismo, me levanté y seguí caminando bajo el sol anaranjado de una tarde no demasiado fría. ¿Qué otra cosa podía hacer?
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