Una vez hace mucho tiempo, o quizás no tanto, una persona atormentada durante años por un secreto ocultó durante toda su vida, algo que le hacía sentir menos persona y más extraño a los ojos de los demás, le contó a otra especial para él lo que le atormentaba. Aquella persona le trató con tanto cariño y comprensión que el protagonista de mi historia sintió como si por un momento se liberase de algo muy pesado y doloroso, mientras que por sus mejillas cayeron pequeñas gotitas de agua salada, que dibujaron en su rostro una imperceptible sonrisa.
A todos aquellos que sufren por dolores ocultos, secretos que atormentan y otras dolencias que desgajan su alma les dedico este post y mi solidaridad; y a la persona que ayudó a mi protagonista mi más eterna gratitud de su parte.
sábado, 20 de enero de 2007
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