martes, 30 de enero de 2007

Crónicas Sefardíes I

Los tres intrépidos expertos se dirigen camino de Girona en el Catalunya Express en búsqueda de las raíces judías de Sefarad (también conocida como España). A primera hora Manuel, The hojalata Man, nos avisa que puede que llegue tarde. No hay problema el servicio de intendencia lo tiene previsto y compra los billetes por adelantado mientras que Moshé se cerciora porque vía es la que ha de pasar nuestro tren. A todo esto Rabi Sergio, es decir un servidor, se dedica a hacer fotos con su móvil y a prepararse psicológicamente para una sesión intensa de locura colectiva.
En el tren se discute de todo: Biblia, tías, tíos, sexo, más Biblia y sexo en la Biblia. Llegados a Girona the Hojalata Man nos ofrece sus servicios de guía y nos lleva por las intrincadas calles de la ciudad hasta llegar a una terrible muralla que se eleva por una montaña. Perdidos decidimos pregunta a una mujer que, debido a que desconocemos la extraña lengua llamada “gerundense” de nuevo nuestro guía se ofrece de traductor. Al poco tiempo llegamos a nuestra primera parada la insigne y oscura catedral de Girona. Allí dentro hablamos de gays básicamente mientras Moshé nos ofrece un recital de matemáticas entre esputos y monedas que caen a un pozo de 75 metros (sic!). Paseando como monjes por el claustro de la catedral moshé descubre una pasión morbosa por las sepulturas y The Hojalata Man intenta superar la imaginería católico-romana con dosis de humor protestante.
Saliendo de la catedral nos dirigimos a nuestro verdadero objetivo, el call, y caminando hacia allí descubrimos que Gerona no es territorio para homosexuales (sólo hay tías). The Hojalata Man se pone las botas y Moshé y el Rabí tienen que conformarse con mirar monumentos, la vida es cruel….
Visitamos el call y tras perdernos un poco (y tener cierto altercado con una masona rosacruz. No, no es broma, parece que no les van las fotos…) llegamos al centro Bonastruc ça porta. Allí disfrutamos de una sesión intensa de judaísmo que nos retrotrae a nuestros recuerdos bíblicos. El Rabi disfruta como un enano y The Hojalata Man se ve tentado por el dinero y abandona los preceptos de Moshé Rabenu (lo que hacen 20 jodidos euros….). Tras la necesaria sesión fotográfica en el suelo del patio con el Magen David decidimos marcharnos a buscar un sitio para comer.
Tras mucho dudarlo decidimos ir a comer, no sin miedos, al selecto restaurante marroquí “El cul de la Lleona” (del que pondremos un interesante post mañana). La comida es completamente satisfactoria y Moshé siente casi un orgasmo místico comiendo un requesón marroquí con miel.
Después de la comida llega el tedio y tras unos intentos infructuosos, interrumpidos por la señora Pagans (¡Por favor modifiquen la web de turismo de Girona¡), de buscar nuevos sitios para visitar decidimos ir a una cafetería, cosa no tan sencilla teniendo en cuenta que en Girona escasean. Hastiados finalmente, y un poco desilusionados con la ciudad, volvemos a nuestra amada (menos para el Rabí) Barcelona mientras en el tren se desarrolla una tensa discusión sobre la razón y la fe que se concluye con un estudio concienzudo de la barriga del Rabino (que no tiene barriga, certificado).


Al llegar a casa el Rabino recibe tres malas noticias y su día de fiesta queda un poco empañado. Así que un poco desanimado cuelga este post esperando que dos personas de su familia se recuperen pronto y que su faro y luz de sus ojos se recupere pronto de unas fiebres. Hoy seguramente con los recuerdos del call en la mente soñará con visitarlo con por quien suspira su alma al que desea que esta noche no tenga una nueva pesadilla.

2 comentarios:

The Hojalata Man dijo...

He de decir que lo he pasado francamente bien, y me he reído mucho con Moshé, está algo loco, pero eso me gusta mucho en la gente. Decir que Girona es la mejor ciudad del mundo si vas precisamente para abandonarla en poco tiempo, aunque bueno, no quiero ser cruel, dicen que su calidad de vida es alta, y lo cierto es que sus habitantes parecen vivir muy tranquilos, pero que confiesen, no tienen las cosas buenas de vivir en una gran ciudad, aunque es bonita, tienen toda la belleza paisajista de la provincia de Girona y......hay pocos tios y muuuchas tias y bien guapas.


Un saludo a todo el mundo que me apetece saludar, a los demás, os recomiendo un viaje al pozo del patio interior de la catedral de Girona, es divertido (para el que observa desde arriba, jijijijijiji....).

Anónimo dijo...

Lo más misterioso del viaje, sin duda, ha sido la puerta que se abría sola del Catalunya Express, algo que sólo se ha solucionado cuando Sergio ha pasado cual fantasma a través de ella y ha obedecido su mandato salomónico de que se cerrase. Por otra parte, es evidente que Girona necesita eliminar el monopolio de la única cafetería que hay en toda la ciudad -algo que supongo se lo debemos a la omnipresente alcaldesa Anna Pagans (Ana Paganos en castellano). Además, esa ciudad cuenta con una excelente brigada de eliminación masculina, ya que sólo había mujeres y ningún tío (algo que alegró a The Hojalata Man).

Un saludo y freedom for the Call of Girona!!