Hoy he podido oír a Jan Willem Jansen interpretar un maravilloso concierto de órgano con piezas de diversos autores españoles de diversas épocas (principalmente renacentistas). La verdad es que la música, y en especial cuando sale de un instrumento tan hermoso como el órgano, puede llevarnos a soñar y a que nuestros pensamientos se vean transportados a otros sitios, a otras realidades.
Cuando he escuchado como los antiguos tubos del instrumento dejaban salir notas casi imposibles mi mente se ha trasladado tiempo atrás y he recordado otras músicas, otro concierto, al que hace tiempo acudí.
La vida es como una sinfonía, a veces plácida, otra turbulenta y en muchos momentos parece cambiar de tonalidad aunque las melodías maravillosas que sentimos en el pasado nunca las podremos olvidar. La sinfonía continúa, la música no debe detenerse pero añoro las viejas armonías.
martes, 1 de mayo de 2007
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