miércoles, 9 de mayo de 2007

Analgésicos

Cuando sentimos dolor gracias a los avances técnicos podemos recurrir a una gran variedad de medicamentos que nos ayudan a sobrellevar las molestias. Tanto es así que pueden significar un cambio radical de la situación física e incluso del estado de humor. Pero desgraciadamente cuando el dolor lo siente nuestra alma no disponemos de ninguna medicina que nos calme, aunque quizás tenemos remedios “caseros” como la música, la charla agradable, la lectura. A veces muchos de nosotros desearíamos lograr esa tan ansiada medicina que nos permitiese aliviar los dolores del espíritu, pero a fin de cuentas, no sería más que un método para taparlo, porque en realidad el problema, la enfermedad, seguiría actuando. El dolor es un síntoma, un aviso y podemos recurrir a diversos remedios para mitigarlo pero la enfermedad, aquella dolencia que oprime nuestras almas, no se curará hasta que hayamos pasado toda la enfermedad, sea ésta llamada depresión, soledad o desamor. Pero la salida a los males que nos acucian siempre está cerca y además podemos contar, sin que lo sepamos, con gente dispuesta a ayudarnos en la cura; sólo es cuestión de abrir los ojos y mirar bien.

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