Cuando uno se encuentra con el pasado no sabe qué hacer. Es como toparse con un trozo de alma que habías perdido en una batalla.
El pasado no es más que un libro de experiencias, un manual de instrucciones del tiempo, que Dios escribe para nosotros.
La mejor arma para enfrentarse al pasado es el presente, el ahora, y el mañana, aquel mañana radiante en el que el pasado no es más que una mala experiencia.
Si un día me encontrase con mi pasado no sabría qué hacer, tal vez, sonreiría y le diría adiós, gracias, porque por su causa tengo mi presente.
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1 comentario:
Cuando uno se encuentra con su pasado y sabe lo que debe hacer y esto es distinto de lo que quiere hacer se encuentra ante una decisión inaplazable y apremiante. Es una decisión dificil y amarga porque sabes lo que quieres, pero acabas haciendo lo que quiere la otra persona porque así lo ha decidido. El pasado son aquellas cosas que uno debe recordar para hacer que su presente no sea tan oscuro.
Si tu pasado es una mala experiencia, quizás no lo es solo para tí. El problema es que tal vez es demasiado tarde. No puedes rebobinar y cambiar aquellos trozos que hicieron de él algo traumático y tampoco tienes la esperanza de que el presente ni el futuro te de esa posibilidad.
Si un día me encontrase com mi pasado sabría perfectamente lo que quiero hacer. Pero como he dicho antes, las decisiones de los demás pesan y debes ser tolerante y aceptar su libertad. Tal vez el pasado sea algo lo suficientemente importante como para no tomarselo a la ligera, sonreirle y decirle adiós; pero sí. El pasado genera el presente y si el presente es brillante se lo debes a él y a tu esfuerzo por encontrarlo.
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