domingo, 25 de marzo de 2007

Días grises

La tenue luz de una bombilla desmenuza los pocos minutos que le quedan a este día gris. Sólo unas horas muertas, unos interminables minutos y todo se acabará por hoy, esperando un mañana mejor, en el que exista algo que soñar. Hoy no hay nada, vacío, un cielo despejado sin sol que caliente, frío y plomizo. Mañana, quizás, el sol, mi sol, brille un ratito para calentar estos días desperdiciados. Los minutos se ahogan entre canciones y pensamientos, la luz, desde lejos, parece un farolillo que ilumina una habitación secreta. Dentro de mi tirita la luz de la esperanza, intermitentemente, soplada por los vientos fríos de estos días grises en los que el sol, mi sol, no calienta. Esperaré, abrigado con la ilusión de lo que se sueña, a que vuelvan los días en los que sienta el calor que deseo.

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